martes, 23 de noviembre de 2010

Q

Quién es qué. Qué acaricia cómo. Cómo mira dónde. Y tomaba vino y hundía la mano entre las piernas. Por qué, decía, siempre, por qué. Fumaba, también.

martes, 2 de noviembre de 2010

panegírico. dos-once-diez.

Sí, claro. Al igual que desde los inicios de los tiempos. Aunque jugaran al mismo juego, alguien había de perder. Cómo dudarlo. Retumbaba. Algo retumbaba aunque no podía distinguir qué. Qué. Tañido arañando el pelo. Cómo. Soliloquio extenso, parsimonia abrazándole los dedos de los pies, lamiendo estos a su vez las baldosas frías, heladas. Tibieza abandonando, por y para siempre. Replicó, atizó los puños contra la puerta, astillados dedos y madera. El órgano mudo lanzó su estaño a responderla, a fuera llovía a homicidios cobijados bajo la noche, agravante, aplíquelo usted que sabe, que le negó el beso de despedida, aquel que despertaría las lágrimas y la conciencia. Nada de aquello que permanece tras la derrota merece ya la pena. Córtenle la cabeza, habría dicho alguien. Máxima traición, maldito el bucle de su pelo que no era capaz ya a recordar. De súbito, imploró, solo arrodillarse restaba entonces.

Que no son ellos gritó a las sombras. Que no son ellos. Que se van. Que somos nosotros. Silencio. Que les dejamos ir.