martes, 24 de noviembre de 2009

m i e n t e

Miente, o dientes abriéndose paso tras la encía, lecciones olvidadas antes de ser aprendidas, al fin y al cabo siempre es el mismo el final, concordancia repetida de esas formas envejecidas, como se envejece la plata, como bellas arrugas surcando la frente.

Adivina, o sopla el jabón y conviértelo en arco iris, miente, miénteme de nuevo y repite que es cierto que me quieres, tan cierto como que la verdad no existe, como que la vida es relativa, tan cierto como que todo es falso, tan falso como tu sonrisa, y las caras que pones cuando me miras, como una mentira de las tuyas, como ese afecto, tuyo.

Latinismo barroco se forma entre tus labios, cultismo extraño, obtuso, lentes de lejos, ceguera de cerca, galletas rotas por doquier. Las migajas de una historia que pica, como comer entre las sábanas, como prenda por estrenar, como…

Orden acaecida entre mis brazos, hazlo, sígueme, vete, márchate, come, déjalo, imperativo simple y sin reflexión, miente y hazme creer que dices la verdad, pues es ahí donde va a residir la esencia de tu existencia, mezclada a veces con la mía, sin querer, fuera el desparpajo, dentro la intención… Vete, dije aquella vez…

Aunque hoy tan solo te digo…

m i e n t e.